LA CONSPIRACION DEL HOMBRE (3ª parte)
La meditación ha sido descubierta por gente que ha gozado de profundas experiencias orgásmicas. La meditación es un derivado de la experiencia orgásmica. No hay otra forma de encontrar la meditación. El orgasmo te lleva naturalmente a un estado de meditación: el tiempo se detiene, el pensamiento desaparece, el ego no está más. Eres pura energía. Por primera vez comprendes que no eres el cuerpo y tampoco la mente; eres algo que trasciende a ambos: una energía consciente. Y, una vez que entras en el dominio de la energía consciente, comienzas a tener las experiencias más hermosas de la vida, las más luminosas, las más poéticas, las más creativas. Por un lado, te dan satisfacción y alegría en lo que concierne al cuerpo, a la mente y al mundo. Y por el otro, crean un inmenso y divino descontento, porque la experiencia que has tenido es importante, pero esta misma experiencia te da la certeza, sin razón alguna, de que más allá de ésta debe haber mayores experiencias. Antes de conocer algo del orgasmo, ni siquiera habías soñado con él. Ahora lo conoces. Esto será un incentivo para que busques e investigues: ¿Hay algo más divertido, más delicioso, más psicodélico que lo que puede ser experimentado con cualquier droga psicodélica? Esta búsqueda condujo al hombre a la meditación.
Fue una simple comprensión de lo que es la experiencia orgásmica.
¿Qué es lo que ocurre? El tiempo se detiene, el pensamiento desaparece. Ya no hay sentimiento de 'yo'. Hay un sentimiento de 'ser', puro, existencial, sin ego incorporado a él. Yo, mí, mío, todo ha quedado atrás. Esto te da la clave para la meditación. Si consigues trascender el tiempo, trascender la mente, entrarás en el espacio orgásmico solo, sin necesidad de una mujer o un hombre. Para ser exacto, la meditación es un orgasmo no sexual.