LA CONSPIRACION DEL HOMBRE (5ª parte)
Se podría colocar un útero artificial en un hombre -y hoy la tecnología científica ha llegado al punto en que sería posible implantar un útero plástico en el hombre- pero no creo que pudiera sobrevivir nueve meses. Ambos se arrojarían al océano.
Es difícil darle vida a otra alma, proveer de un cuerpo a otra alma, darle un cerebro y una mente a otra alma. La mujer comparte con todo el corazón y da al niño todo lo que puede. E incluso, después del nacimiento, no es fácil criar hijos. A mi me parece la cosa más difícil del mundo.
Tanto los astronautas como Edmond Hillary... esta gente tendría que tratar primero de criar hijos. Sólo así podemos aceptar que han hecho algo escalando el Everest; de lo contrario no tiene sentido. Aunque hayas llegado a la luna y caminado sobre ella, poco importa; esto no te hace más fuerte. Un niño tan vivo, tan volátil, desbordando tanta energía, en pocas horas te agota. Nueve meses en el seno y luego unos años... Haz la prueba de pasar una sola noche con un bebé pequeño en tu cama. Durante esa noche en tu casa, algo sucederá: o bien el niño te mata, o bien lo matas tú. Lo más probable es que tú lo mates, porque los niños son los seres más odiosos del mundo. Están tan frescos y quieren hacer tantas cosas, y tú estás muerto de cansancio. Quieres dormir y el niño está completamente despierto y quiere hacer toda clase de cosas y quiere tu opinión, y las preguntas... Y si ninguna de esas estrategias funciona, quiere ir al baño. Tiene sed... Tiene hambre en medio de la noche.
No creo que exista un hombre que pueda tolerar un embarazo o criar un niño. Esta es la fuerza de la mujer. Pero es una fuerza diferente. Existe una fuerza destructiva y una fuerza creativa. Hay una fuerza que es de odio y otra fuerza que es de amor. Amor, confianza, belleza, sinceridad, veracidad, autenticidad, todas son cualidades femeninas, y son superiores a cualquiera de las cualidades del hombre. Pero todo el pasado ha sido dominado por el hombre y sus cualidades. Naturalmente, en la guerra el amor no sirve, la verdad no sirve, la belleza es inútil, la sensibilidad estética no sirve. En la guerra hace falta un corazón más duro que las piedras. En la guerra sólo se necesita odio, furia, la locura de destruir.
En tres mil años se han librado cinco mil guerras. Claro, también esto es fuerza, pero indigna de seres humanos. Es fuerza que deriva de nuestro legado animal. Pertenece al pasado, que ya se ha ido y las cualidades femeninas pertenecen al futuro, que está llegando.
No hace falta que te sientas débil por tus cualidades femeninas. Deberías agradecer a la existencia, por haber recibido como regalo de la naturaleza lo que el hombre necesita ganar.