NADIE QUIERE SER USADO (2ª parte)
¿Y quién no desea ser poderoso? A menos que entiendas que el poder trae sólo desgracia, que el poder es destructivo y violento; a menos que a través del entendimiento tu deseo de poder desaparezca, ¿quién no va a desear ser poderoso? La mujer sólo mantiene su poder cuando se cuelga delante de ti, como un espejismo, nunca disponible y siempre asequible, tan cerca y tan distante. Sólo entonces ella es poderosa, y si de pronto cae en tu regazo, todo su poder se terminó. Y una vez que has explotado su sexualidad, una vez que la has usado, está perdida, ya no tiene poder sobre ti. Por eso te atrae y se mantiene distante. Te atrae, te provoca, te seduce, y cuando te acercas a ella, simplemente te dice no... Esto es simple lógica. Si ella te dice sí, la reduces a un mecanismo; la usas. Nadie quiere ser usado. Este es el otro lado de la política del poder. Poder significa: capacidad de usar al otro, y cuando alguien te usa a ti, tu poder se termina; eres degradado a la impotencia.
Ninguna mujer quiere ser usada. Y has estado haciéndolo durante años. El amor se ha convertido en algo muy feo. Debería ser lo más glorioso pero no lo es, porque el hombre ha estado usando a la mujer y la mujer está resentida y, naturalmente, se resiste. No quiere ser reducida a una cosa. Esta es la razón por la que ves a los maridos mover la cola cuando están con sus esposas, y a las esposas en semejante actitud, como si estuvieran por encima de todas estas estupideces, en una actitud de más santas que el papa. Las esposas continúan pretendiendo que no están interesadas en el sexo, en este sucio sexo, pero tienen tanto interés como tú, sólo que su problema es que no pueden demostrarlo porque de otra manera tú inmediatamente las dejas sin poder, comienzas a usarlas. Es por esto que están interesadas en cualquier otra cosa, por ejemplo en ser muy atractivas para ti y luego negarlo. Este es el goce del poder, arrastrarte -y eres arrastrado- casi como si fueses tirado por cuerdas y después te dice no, y te quedas absolutamente imposibilitado. Y sigues moviendo la cola como un perro; entonces la mujer goza. Esto es horrible. No debería ser así. El amor ha sido reducido a un juego político de poder y esto debe cambiar.