Pensamientos
La mente no existe como entidad; esto es lo primero. Solo los pensamientos existen.
Lo segundo: los pensamientos existen separados de ti, no están al unísono con tu naturaleza, van y vienen, tú permaneces, tú persistes. Tú eres como el firmamento: nunca viene, nunca se va, está siempre ahí. Las nubes van y vienen, son un fenómeno pasajero, no son eternas. Incluso si intentas agarrarte a un pensamiento, no puedes retenerlo por mucho tiempo; se tiene que ir, tiene su propio nacimiento y muerte. Los pensamientos no son tuyos, no te pertenecen. Llegan como visitantes, invitados, no son los anfitriones.
Observa profundamente, entonces te convertirás en el anfitrión y los pensamientos serán los invitados. Y como invitados, son maravillosos, pero si te olvidas por completo de que tú eres el anfitrión y ellos son sólo invitados, entonces te verás en un lío. En esto consiste el infierno. Tú eres el dueño de la casa, la casa te pertenece, pero los invitados se han convertido en dueños. Recíbelos, atiéndelos, pero no te identifiques con ellos, o se convertirán en los dueños.
La mente se vuelve un problema porque has permitido que los pensamientos te penetren tan profundamente, que te has olvidado por completo de la distancia, de que son visitantes, que vienen y se van. Recuerda siempre eso que permanece: esa es tu naturaleza, tu tao. Permanece siempre atento a eso que nunca llega y nunca se va, precisamente como el firmamento. Cambia tu actitud: no te fijes en los visitantes, permanece en la posición del anfitrión; los invitados vendrán y se irán.
Osho, Tantra the Supreme Understanding, charla #2