Un hombre saludable no siente permanentemente que está saludable. Sólo las personas enfermas se empiezan a interesar por la salud. Cuando vuelves a estar saludable al salir de tu enfermedad, sentirás la salud, pero cuando eso se convierte en tu experiencia natural de cada día, de cada momento, no tienes el contraste de la enfermedad para comparar.

Tú no te acuerdas de tu cabeza, a menos que te duela; ¿lo has observado? ¿Te haces consciente de tu cabeza? Te haces consciente de tu cabeza sólo cuando te duele. El dolor de cabeza te da la idea; la gente que no ha vivido un dolor de cabeza no sabe lo que es tener una cabeza saludable sin dolor de cabeza alguno.

Todas nuestras experiencias dependen de sus opuestos. Si no puedes saborear lo amargo, tampoco puedes saborear algo dulce; van juntos. Si no puedes ver la oscuridad, no puedes ver la luz. Y si te encuentras continuamente en un estado, empiezas a olvidarlo.

A eso le llamo ir más allá de la iluminación: Al día en que empiezas a olvidar que estás iluminado; al día en que se convierte simplemente en el curso natural de tu vida, ordinario, nada especial. La manera en la que respiras, la manera en la que tu corazón late, la manera en la que tu sangre corre por el cuerpo; la iluminación también se convierte en parte de tu ser. Olvidas todo acerca de ella.

Cuando preguntas por la iluminación, yo estoy recordando que sí, existe una experiencia llamada iluminación. Pero cuando estoy sentado solo, yo nunca recuerdo que estoy iluminado, ¡eso sería una locura! Se ha convertido en una experiencia tan natural, tan ordinaria.

Primero ve más allá de la mente. Luego ve también más allá de la iluminación. No te quedes atascado en ninguna parte hasta que seas simplemente una parte ordinaria de la existencia, con los árboles, con los pájaros, con los animales, con los ríos, con las montañas. Sientes una profunda armonía; sin superioridad, sin inferioridad.

Gautama Buda tuvo vislumbres sobre ir más allá de la iluminación. El mencionó que existe la posibilidad de ir más allá de la iluminación. No dijo que había ido más allá de ella, pero reconoce el hecho de que debería haber un estado en el que olvidas todo sobre la iluminación. Has sido tan saludable que has olvidado todo sobre la salud; sólo entonces has llegado a casa. Finalmente hasta la iluminación es una barrera; la última barrera.