Citas de Osho sobre el SIDA

 
 SIDA: ¿Una enfermedad existencial?
 

¿Podrías por favor decir algo sobre el SIDA?

“Ni siquiera sé nada sobre primeros auxilios, y tú me estás preguntando sobre los últimos auxilios![1] Pero parece que tendré que decir algo al respecto. Y en un mundo en donde la gente que no sabe nada sobre sí mismos puede hablar sobre Dios, gente que no sabe nada sobre geografía de la tierra puede hablar sobre cielo e infierno, no es inconcebible para mí decir algo sobre el SIDA, aunque no soy médico. Pero tampoco la enfermedad ahora llamada SIDA es sólo una enfermedad. Es algo más, algo más allá de las limitaciones de la profesión médica.

Tal como lo veo yo, no es una enfermedad en la misma categoría de otras enfermedades; por ello su peligro. Tal vez matará al menos dos tercios de la humanidad. Es, básicamente, la incapacidad de resistir enfermedades. Uno, poco a poco, se encuentra a si mismo vulnerable a cualquier tipo de infecciones, y uno no tiene defensas internas para luchar contra esas infecciones.

Para mí eso significa que la humanidad está perdiendo su voluntad de vivir.

Cada vez que una persona pierde la voluntad de vivir sus defensas caen inmediatamente, porque el cuerpo sigue a la mente. El cuerpo es un muy conservador sirviente de la mente; sirve a la mente en una forma religiosa. Si la mente pierde la voluntad de vivir, esto se verá reflejado en el cuerpo abandonando las defensas contra las enfermedades, contra la muerte. Por supuesto los médicos nunca se manifestarán sobre la voluntad de vivir; por eso es que pensé que era mejor que dijera algo.

Va a convertirse en un problema tan enorme alrededor del mundo que cualquier percepción desde cualquier dimensión puede ser de inmensa ayuda. Sólo en América, este año, cuatrocientas mil personas están infectadas con SIDA, y cada año el número se duplicará. El próximo año serán ochocientas mil personas, y luego un millón seiscientas mil personas; de esa manera irá duplicándose. Sólo este año América  necesitará quinientos millones  de dólares para ayudar a esas personas, y todavía no hay mucha esperanza de que sobrevivan.

Sólo al principio se pensó que era una enfermedad homosexual. De todas partes del mundo investigadores apoyaban la idea de que era algo homosexual; se encontraba que ocurría mas en hombres que en mujeres.

Pero desde ayer, un informe de África cambia todo el punto de vista. África está enormemente involucrada en investigaciones sobre la enfermedad porque Africa es el área más afectada. Parece que los negros son casi dos veces más vulnerables a la enfermedad que los blancos. Africa está sufriendo por una gran epidemia de SIDA; por ello, han estado investigando. Es una cuestión de vida o muerte.

Su informe es bastante extraño. Dice que el SIDA no es una enfermedad homosexual en absoluto, que es una enfermedad heterosexual, y ocurre si la gente va cambiando de parejas, mezclándose con muchas mujeres, con muchos hombres, continuamente cambiando de parejas. Este continuo cambio es la causa de la enfermedad. La homosexualidad no tiene nada que ver con ello, de acuerdo con su investigación. Ahora todos los investigadores en Europa y América están en un lado, y los del informe Sur africano están en el lado opuesto.

Para mí es muy significativo. No tiene nada que ver ni con la heterosexualidad ni con la homosexualidad. Ciertamente tiene algo que ver con sexo. Y ¿por qué tiene algo que ver con sexo?; porque la voluntad de vivir está enraizada en el sexo. Si la voluntad de vivir desaparece, entonces el sexo será el área de la vida más vulnerable para invitar a la muerte.

Recuerda perfectamente bien que yo no soy médico, y que todo lo que estoy diciendo es desde un punto de vista totalmente diferente. Pero hay muchas más posibilidades de que lo que estoy diciendo sea más verdad que lo que están diciendo estos a si llamados investigadores, porque su investigación es superficial. Ellos sólo piensan en casos, recolectan datos, hechos. Esa nos es mi forma: yo no soy un colector de hechos.

Mi trabajo no es de investigación sino de percepción. Trato de ver dentro de cada problema lo más profundamente posible. Simplemente ignoro lo superficial, que es el área de los investigadores.

Trato de penetrar profundamente, y veo claramente que el sexo es el fenómeno más relacionado con la voluntad de vivir. Si la voluntad de vivir declina, el sexo será vulnerable; entonces no es una cuestión de heterosexualidad u homosexualidad.

En Europa y en América empezaron a verlo porque sólo fue coincidencia que los primeros casos ocurrieran en homosexuales; tal vez los homosexuales han perdido la voluntad de vivir más que los heterosexuales. Toda la investigación fue confinada, y la mayoría de las víctimas eran judíos; obviamente los investigadores encontraron que estaba asociado a la homosexualidad. Si se encontraba que algún heterosexual tenía los síntomas, entonces era naturalmente asumido que lo había recibido de alguna persona homosexual.

California es una parte tan estúpida del mundo, y en lo que tiene que ver con el sexo, la parte más pervertida del mundo. También puedes decir  innovadora, progresista, revolucionaria, pero estas hermosas palabras no esconderán la verdad: California se ha vuelto demasiado pervertida. ¿Por qué  ocurre esto, esta perversión? Y ¿por qué ha ocurrido en California particularmente? Porque California es una de las más cultas, civilizadas, acaudaladas sociedades. Naturalmente, ellos tienen todo lo que puedas esperar, todo lo que puedas desea, y allí es donde el problema de la voluntad de vivir surge.

Cuando tienes hambre piensas en conseguir trabajo, comida; no tienes tiempo para pensar en la vida y la muerte. No tienes tiempo para pensar sobre el sentido de la existencia. Es imposible: un hombre hambriento no puede pensar en la belleza, el arte, la música. Lleva al hombre hambriento, famélico, a un museo lleno de bellas obras de arte; ¿crees que será capaz de ver alguna belleza allí? Su hambre se lo impedirá. Estos son lujos. Sólo cuando todas sus necesidades básicas estén satisfechas el hombre se enfrentará a los problemas reales de la vida. Los países pobres no conocen los verdaderos problemas.

Por ello, cuando digo que el hombre más rico es el más pobre, puedes entender lo que quiero decir con eso. El hombre más rico llega a conocer los problemas irresolubles de la vida, y está estancado; no hay ningún lugar a donde ir. El hombre pobre tiene mucho que hacer, mucho que conseguir, mucho en lo que convertirse. ¿A quién le importa la filosofía, la teología, el arte? Son muy grandes para él; está interesado en cosas muy mundanas, cosas muy pequeñas. Y es imposible para él girar su conciencia hacia sí mismo y empezar a pensar e inquitarse sobre la existencia; es imposible.

California es, desafortunadamente, una de las más afortunadas partes del mundo, en muchas formas: tiene la gente más bella, bellas tierras, y se ha convertido en el pináculo del lujo. Y allí, la pregunta surge. Ya lo has hecho todo; ahora ¿que más hay ahí para hacer? Ese es el punto en el que la perversión comienza.

Has conocido muchas mujeres y has venido a entender que son todas lo mismo. Una vez que apagas la luz, toda mujer es sólo lo mismo. Cuando la luz está apagada, si la mujer se va al otro cuarto y tu esposa entra – y no eres consciente – puedes incluso hacerle el amor a tu esposa, ofreciéndole hermosos diálogos, sin saber que se trata de tu esposa. ¿Qué estás haciendo? Si alguien viene a saber de esto, que hablas estos hermosos diálogos – aprendidos de las películas de Hollywood -  a tu propia esposa, seguro pensarán que te has vuelto loco. Estos son para las esposas de otras personas, no para tu esposa. Pero en la oscuridad no hay diferencia.

Cuando un hombre conoce a muchas mujeres, una mujer conoce a muchos hombres, una cosa se hace segura: que es lo mismo, una repetición. Las diferencias son superficiales, y en lo que tiene que ver con el contacto sexual, no hay mucha diferencia. Una nariz un poco más larga, o un pelo un poco más rubio, un rostro más blanco o un poco bronceado: qué diferencia hay cuando le haces el amor a una mujer? Sí, antes de hacerle el amor a una mujer todas estas cosas hacen una diferencia. Y siguen haciendo una diferencia en los países donde la monogamia es todavía la norma.

Por ejemplo, en un país como India, la enfermedad del SIDA no va a ocurrir mientras India permanezca siendo monógama; es imposible  por la sencilla razón de que la gente conoce sólo a su esposa, sólo a su esposo, durante toda su vida. Y siempre permanecen curiosos sobre cómo se sentiría estar con la esposa del vecino. Siempre  queda una tremenda curiosidad, pero no hay ninguna posibilidad de perversión.

La perversión requiere la condición básica de que estés harto de cambiar de mujer; quieres algo nuevo. El hombre empieza a probar a otros hombres; eso parece diferente. Las mujeres empiezan a probar a otras mujeres; se siente un poco diferente. Pero ¿por cuánto tiempo? Pronto eso también será lo mismo. De nuevo, la pregunta surge.

Este es el punto en donde intentas todo tipo de cosas, y poco a poco, una cosa queda determinada: que todo es inútil. La curiosidad desaparece. Entonces, ¿de qué sirve vivir para el mañana? Era curiosidad: mañana puede que pase algo nuevo. Ahora sabes que lo nuevo nunca ocurre. Todo es viejo bajo el cielo. Lo nuevo es sólo una esperanza, nunca ocurre. Intentas todo tipo de diseños de muebles, casas, arquitectura, ropa y finalmente todo falla. Cuando todo falla y no hay esperanza para el mañana, entonces la voluntad de vivir no puede seguir con el mismo fervor, fuerza, persistencia. Comienza a arrastrarse. La vida parece perder su savia. Estás vivo porque ¿qué más se puede hacer? Empiezas a pensar en suicidarte.

Se dice que Sigmund Freud dijo: “Nunca me he encontrado con un hombre que no haya pensado, al menos una vez en su vida, en suicidarse”. Pero Sigmund Freud ahora es algo muy viejo, desactualizado. Estuvo hablando sobre personas psicológicamente enfermas; esas eran las personas con las cuales él entraba en contacto.

Mi propia experiencia es que el hombre pobre nunca piensa en suicidarse. Me he encontrado miles de personas pobres; nunca piensan en suicidarse. Ellos quieren vivir, porque aun no han vivido; ¿como van a pensar en el suicidio?

La vida tiene tantas cosas que dar, y ellos ven que todo el mundo tiene toda clase de cosas y ellos no han vivido todavía. Hay una gran urgencia, fuerza, de vivir. Hay mucho por hacer, hay mucho por conseguir. Hay todo un cielo de ambiciones abierto, y ellos aún ni siquiera han empezado a rascar el suelo. Ningún mendigo  piensa jamás en cometer suicidio. Lógicamente debería ser justo de la otra manera: todo mendigo debería pensar en suicidarse, pero ningún mendigo lo piensa, ni siquiera un mendigo sin ojos, ciego, paralitico, tullido…

En los países pobres nadie piensa en el suicidio, en los países pobres la pregunta del sentido no ha surgido. Es una pregunta de Occidente. ¿Cuál es el sentido de la vida? En Oriente nadie pregunta eso. Occidente ha llegado a un punto de saturación donde todo por lo que podrías vivir ya lo has vivido.¿ Ahora qué? Si eres lo suficientemente valiente, cometes suicidio, o asesinato…

Una vez que esta enfermedad, el SIDA, se extienda, y se está extendiendo, ya es una epidemia, también en América... Los políticos permanecen en silencio, los sacerdotes permanecen en silencio, porque el problema es tan grande, y nadie parece tener alguna sugerencia de cómo resolverlo, así que es mejor quedarse callados. Pero ¿por cuanto tiempo puedes permanecer callado?

El problema se extiende, y una vez que se extienda y se haga más amplio, te sorprenderás: la profesión que estará en el tope de este negocio del SIDA será la de sacerdote, la de monja, monje.  Ellos estarán en el tope, los más afectados por ello, porque ellos han estado practicando sexo pervertido más tiempo que nadie. California es nueva. Esos monjes y monjas han estado viviendo en “California” por siglos.

Tal como me lo parece a mí, la enfermedad es espiritual.

El hombre ha llegado a un punto en el que encuentra que el camino se acaba. Regresar no tiene sentido porque todo lo que ha visto, vivido, le muestra que no había nada en ello; todo ha demostrado no tener sentido. Regresar no tiene sentido; seguir hacia adelante: no hay camino; encararlo es el abismo. En esta situación si pierde el deseo, la voluntad de vivir, no era algo que  se pudiera esperar.

Se ha probado experimentalmente que si un niño no es criado por gente amorosa – la madre, el padre, los otros niños pequeños en la familia – si el niño no es criado por gente amorosa, pueden darle todo alimento pero de alguna manera su cuerpo se irá encogiendo. Le están dando todo lo necesario -  las necesidades médicas están satisfechas, se está tomando mucho cuidado -  pero el chico sigue encogiéndose. ¿Es eso una enfermedad? Si, para la mente médica todo es una enfermedad; algo debe estar mal. Ellos siguen investigando los hechos, por qué está pasando. Pero no es una enfermedad.

La voluntad de vivir del niño ni siquiera ha surgido. Necesita calor amoroso, caras dichosas, niños que bailen, el calor del cuerpo de la madre, un cierto ambiente que le haga sentir que la vida tiene tremendos tesoros para ser explorados, que hay tanta dicha, baile, juego; que la vida no es sólo un desierto, que hay inmensas posibilidades. Él debería ser capaz de ver esas posibilidades en los ojos a su alrededor, en los cuerpos a su alrededor. Sólo entonces la voluntad de vivir brotará;  es casi como un resorte. De otra forma, se encogerá y morirá, no con alguna enfermedad física, simplemente se encogerá y morirá.

He ido a orfanatos… Uno de mis amigos, Rekhchand Parekh, en Chanda, Maharashtra, solía llevar un orfanato; cerca de cien a ciento diez huérfanos estaban allí. Y los huérfanos venían, de dos días de edad, tres días de edad; la gente simplemente los dejaba  frente al orfanato. El quería que yo fuera a ver el orfanato. Yo le dije: “Más tarde en algún momento iré a verlo, porque sé que cualquier cosa que haya allí me pondrá innecesariamente triste”. Pero él insistió, así que una vez fui, y lo que vi… Estaban tomando todos los cuidados, él estaba derrochando su dinero en esos niños, pero todos  estaban listos para morir en cualquier momento. Había doctores, enfermeras, había todas las facilidades médicas, había comida, había de todo. Él había dado su propio hermoso bungalow – él se había mudado a uno más pequeño – un hermoso jardín y  había de todo; pero la voluntad de vivir no estaba ahí.

Yo le dije, “Estos chicos seguirán muriéndose poco a poco".

Él me dijo: ¿Qué me dices? He estado llevando este orfanato por doce años; cientos han muerto. Hemos intentado de todas las maneras posibles mantenerlos con vida, pero nada parece funcionar. Ellos siguen encogiéndose y un día simplemente ya no están allí. Si hubiera una enfermedad el doctor podría ayudar, pero no había enfermedad; simplemente, el niño no tenia deseos de vivir. Cuando le dije esto se le hizo muy claro. Inmediatamente, ese mismo día, dio el orfanato al gobierno, y dijo: “Había estado intentando ayudar a esos niños durante doce años; ahora sé que no es posible. Lo que ellos necesitan yo no puedo dárselo, así que es mejor que el gobierno se encargue”. Me dijo, “Habia llegado a este punto muchas veces, pero yo no soy un hombre enterado asi que no podía darme cuenta de lo que se trataba. Pero de alguna manera yo sentía que algo faltaba y eso era lo que les estaba matando".

El SIDA es el mismo fenómeno en el otro extremo. El huérfano se encoge y muere porque su voluntad de vivir nunca retoñó, nunca brotó, nunca se convirtió en una corriente que fluye. El SIDA está al otro extremo: de repente sientes que eres un huérfano existencial. Este sentimiento existencial de ser un huérfano causa que tu voluntad de vivir desaparezca. Y cuando la voluntad de vivir desaparece, el sexo será la primera cosa que será afectada porque  tu vida comienza con el sexo; es un sub producto del sexo.

Así que mientras estés vivo, palpitante, esperanzado, ambicioso, y el mañana siga siendo una utopía, de manera que puedas olvidar todo el ayer que no tuvo sentido, puedas olvidar el hoy que tampoco tiene sentido… pero mañana cuando el sol salga y todo sea diferente… Todas las religiones han estado dándote esa esperanza.

Esas religiones han fallado. Aunque tú sigues llevando la etiqueta – cristiano, judío, hindú – sólo es una etiqueta. Por dentro, has perdido la esperanza, la esperanza ha desaparecido. Las religiones no pueden ayudar; son falsas. Los políticos no pueden ayudar. Ellos nunca tuvieron la intención de ayudar; sólo era una estrategia para explotarte. Pero ¿por cuánto tiempo esta falsa utopía – política o religiosa – puede ayudarte? Tarde o temprano, un día el hombre se volverá maduro; y eso es lo que está pasando. El hombre se está volviendo maduro,  consciente de que ha sido engañado por los sacerdotes, los padres, por los políticos, los pedagogos. Ha sido simplemente engañado por todo el mundo, y ellos le han estado alimentando con falsas esperanzas. El dia que madure y se de cuenta de esto, el deseo de vivir se irá. Y la primera cosa que será herida por ello será tu sexualidad. Para mí eso es el SIDA.

Cuando tu sexualidad empieza a encogerse realmente estás esperando a que algo pase  y que irás al silencio eterno, a la desaparición eterna. Tu defensa no está ahí. El SIDA no tiene más síntomas que tus defensas se caen. Como mucho puedes vivir durante dos años si tienes suerte y no te infectas por accidente. Cada infección será incurable, y cada infección te debilitará más y más. Dos años es lo más que puede vivir un paciente; y podría desaparecer en algún momento antes de eso. Y ningún tratamiento va a ayudar, porque ningún tratamiento puede devolverte tu voluntad de vivir.

Lo que estoy haciendo aquí es multidimensional. No estás completamente consciente de lo que estoy tratando de hacer; tal vez te hagas consciente sólo cuando yo me vaya. Estoy tratando de darte no una esperanza en el futuro – porque eso ha fallado – estoy tratando de darte una esperanza aquí-ahora. Por qué preocuparse por el mañana?; porque el mañana nunca ha ayudado. Por siglos el mañana te ha estado manteniendo de alguna manera arrastrándote, y te ha fallado tantas veces que ahora no puedes seguir aferrándote a él. Eso sería pura estupidez. Aquellos que se aferran a él tan solo están demostrando que son retrasados mentales.

Estoy tratando de hacer de este mismo momento una satisfacción, una alegría tan profunda que no haga falta la voluntad de vivir. La voluntad de vivir es necesaria porque no estás vivo. La voluntad sigue levantándote: tú sigues resbalándote, la voluntad sigue levantándote. Yo no estoy tratando de darte una nueva voluntad de vivir, tan sólo estoy tratando de enseñarte a vivir sin ninguna voluntad, a vivir dichosamente. Es el mañana el que sigue envenenándote. Olvida el ayer, olvida el mañana. Este es nuestro día: permitámonos celebrarlo y vivirlo. Y sólo con vivirlo serás los suficientemente fuerte como para que sin voluntad de vivir seas capaz de resistir todo tipo de enfermedades, todas las actitudes suicidas.

Sólo el estar completamente vivo es tan poderoso que no sólo podrás vivir, sino también podrás hacer de otros una llama, un fuego.

Esto ha sido un hecho bien conocido. Cuando hay grandes epidemias, ¿no te has preguntado por qué los doctores y enfermeras no se infectan? Ellos son seres humanos tanto como tú, y ellos están sobre cargados de trabajo, más vulnerables a la infección porque están continuamente cansados. Cuando hay una epidemia no puedes insistir en trabajar solo cinco horas al día o seis horas al día, y cinco días a la semana. Una epidemia es una epidemia; no se preocupa por tus vacaciones o tus horas extra. Tienes que trabajar: la gente trabaja dieciséis horas, dieciocho horas, cada día, durante meses. Aun así, los doctores, las enfermeras, la gente de la Cruz Roja, no se infecta.

¿Cuál es el problema? ¿Por qué otros se infectan? Son tipos similares de personas. Si se tratara sólo de tener una cruz roja en tu camisa… entonces pon una cruz roja en la camisa de todos; la cruz roja en cada casa. Si la cruz roja está evitando la infección, sería muy fácil,  pero no se trata de eso.

No, esta gente está tan involucrada en ayudar  a los demás, que no tienen ningún mañana. Este momento les hace involucrarse tanto, que ellos no tienen ningún ayer. No tienen nada de tiempo para pensar o siquiera preocuparse: “Puede que me infecte". Su involucración… Cuando millones de personas están muriendo, ¿puedes pensar en ti mismo, y en tu vida, y en tu muerte? Toda tu energía se está moviendo en ayudar a los demás, en hacer todo lo que puedas hacer. Te has olvidado de ti mismo, y como te has olvidado de ti mismo no puedes infectarte. La persona que podría haberse contagiado está ausente: está involucrada en hacer algo, está totalmente perdida en el trabajo.

No importa si estás pintando o esculpiendo, o si estás sirviendo a un ser humano moribundo; no importa lo que estés haciendo, lo que importa es: ¿estás completamente involucrado en el aquí-ahora? Si estás involucrado en el aquí-ahora, estás completamente fuera del área en que la infección es posible. Cuando estás tan involucrado, tu vida se convierte en una fuerza muy torrencial. Y verás: hasta un doctor perezoso, en un momento de epidemia, cuando cientos de personas están muriendo, de repente se olvida de su pereza. Y doctores viejos de repente se olvidan de su edad…

Sólo la meditación puede desatar tu energía aquí-ahora. Y entonces no hay necesidad de esperanza, de ninguna utopía, de ningún paraíso en algún lado. Cada momento es un paraíso en sí mismo. Pero con respecto a mis cualificaciones , yo no estoy cualificado para decir algo sobre el SIDA. Ni siquiera he tomado un curso de primeros auxilios. Así que por favor perdona mi intromisión en algo que no me incumbe. Pero sigo haciendo eso, y seguiré haciéndolo".

Osho, From Misery to Enlightenment, charla #28
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[1] Osho hace un juego de palabras con las palabras inglesas aids y AIDS intraducible al español